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Cambio climático: dejar de desperdiciar comida, una herramienta de mitigación
Fecha: Lunes 00 de Noviembre de 0000
Se podría disminuir hasta el 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero si hubiera políticas en ese sentido, indica un estudio de un instituto alemán
Reducir el desperdicio de alimentos en todo el mundo ayudaría a frenar las emisiones de gases que producen el calentamiento de la atmósfera del planeta, disminuyendo algunos de impactos del cambio climático como climas extremos o el aumento del nivel del mar. Así lo sostuvieron los científicos del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK, por sus siglas en inglés), en un informe publicado el jueves pasado.
Según ese trabajo, hasta un 14 por ciento de las emisiones originadas por la agricultura en 2050 podrían ser evitadas con una mejor distribución y uso de la comida. "La agricultura es uno de los principales conductores del cambio climático, representó más de un 20 por ciento de las emisiones de gas invernadero a nivel global en 2010", dijo Prajal Pradhan, coautor del estudio. "Por eso, evitar que se pierda y que se tire comida, ayudaría a evitar las emisiones innecesarias de gas de invernadero y a mitigar el cambio climático", agregó.
Entre el 30 y el 40 por ciento de los alimentos que se producen en el mundo no son consumidos, debido a que se estropean después de la cosecha y durante el transporte, o porque los comercios y consumidores los desechan.
Los investigadores advirtieron que se teme un aumento drástico en el volumen de alimento desperdiciado si economías emergentes como China e India adoptan los hábitos alimenticios occidentales -incluyendo un mayor consumo de carne. Es que un punto destacado en el estudio es que los países más ricos tienden a consumir más alimentos de lo que es sano o simplemente los arrojan a la basura.
En la Argentina
En nuestro país cada año se desperdician 38 kilos de comida por persona y por año; eso significa un millón y medio de toneladas de alimentos en condiciones de reutilizarse que se desperdicia. El pan y los cereales, las frutas y las verduras, y los lácteos son, en ese orden, los principales grupos de alimentos que van a parar a la basura. Así lo indicó una presentación conjunta realizada el año pasado por el INTA, la UBA y la Universidad Maimónides.
En la medida que se desarrollan los países más pobres y que crece la población mundial, las emisiones asociadas con el desperdicio de alimentos podrían crecer desde 0,5 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente por año a entre 1,9 y 2,5 gigatoneladas anualmente para mediados de siglo, agrega la investigación.
Se discute que reducir el desperdicio de comida y distribuir el superávit global donde se necesite pueda ayudar a combatir el hambre en lugares que no cuentan con suficientes recursos. Pero Jürgen Kropp, otro de los coautores del estudio, dijo a la Fundación Thomson Reuters que se debería prestar más atención al potencial que tiene un menor desperdicio de alimentos en la reducción de emisiones. "Actualmente no es una estrategia de los Gobiernos", sostuvo.
Fuente: La Nacion