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Nuevas Perspectivas

Empresas

¿Los buenos negocios son cuestión de suerte?

Fecha: Lunes 00 de Noviembre de 0000

Una idea de negocio, algo de dinero, ganas de emprender… ¿hace falta también la suerte en la receta para el éxito empresario?

“¿Cuántos clientes van a recomendar el nuevo producto?”, “¿Cómo va a ser el clima de la próxima temporada turística?”, “¿Cuánto va a valer el alquiler del local el año que viene?”. Las preguntas difíciles sobre el futuro son muchas para los emprendedores en todos los sectores. Una respuesta, y el negocio prospera; otra, y el emprendimiento puede quedar al borde del abismo. ¿Es suerte que a algunos las respuestas parezcan siempre jugarles a favor? ¿Cuánto impacta la fortuna en las posibilidades de crecimiento de un emprendimiento?

El inventor Thomas Edison, creador no solo de la lamparita incandescente sino también de la enorme empresa General Electric (hoy GE), dijo alguna vez: "La suerte es eso que ocurre cuando la planificación se encuentra con la oportunidad". Edison puso a prueba su teoría y logró patentar cientos de productos de consumo basados en la electricidad, un invento que, hasta su época, no había demostrado demasiadas aplicaciones prácticas. ¿Suerte u oportunidad?

En la esencia del emprender está la visión, el pensar en el futuro y modificarlo, aun con toda la incertidumbre de una cantidad de variables que no son controlables, ni siquiera previsibles. En el entorno de cualquier negocio el mundo se mueve con una dinámica que beneficia a algunos y perjudica a otros. Podría llamarse “buena suerte” a la situación de quien abre un negocio de calefacción justo antes de una ola de frío, o el que decide fabricar ambulancias sin saber que poco después el gobierno decidirá hacer una gran compra.

Sin embargo, para sostener su negocio en el tiempo y hacerlo crecer, las empresas “afortunadas” se basan también en una manera propia de tomar decisiones, modificar factores a su alcance y encontrar un camino en el contexto. Algo así como sostener su suerte en el tiempo a través de una buena planificación.

Como explica el consultor francés Jean Paul Sallenave en su libro “Gerencia y planeación estratégica” (1995): “No hay empresas exitosas a las cuales la fortuna no les haya sonreído en un momento crucial, ya sea por medio de un pedido, o de un préstamo, o de un descubrimiento tecnológico, etc. Sin embargo, una estrategia superior fue en muchos casos la razón del éxito o el complemento de la suerte.”

En 2003, el psicólogo inglés Richard Wiseman se propuso abordar científicamente el asunto de la suerte, y llegó todavía más lejos: las personas que se consideran afortunadas actúan de formas particulares para atraer y aprovechar esta suerte de manera permanente. ¿Cómo? "La gente afortunada siempre quiere algo nuevo. Están preparados para tomar riesgos y relajarse lo suficiente para ver las oportunidades", relató en una entrevista a la revista Fast Company.

Así que, si pretendés que la suerte esté del lado de tu emprendimiento, el secreto parece ser combinar la planificación y la preparación –armar un plan, organizar el trabajo, capacitarte-, con cierto grado de apertura a la intuición, lo nuevo y la creatividad. Prender velas, decorar la oficina con Feng-shui o tirar monedas a la fuente, pueden no funcionar por sí solos, pero sí actuar como símbolos de nuevas oportunidades para explorar.