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Nuevas Perspectivas

Empresas

Dinero Limpio: ¿No hay oferta o no hay demanda?

Fecha: Lunes 00 de Noviembre de 0000

Una de las demandas más escuchadas por parte de los empresarios de todos los sectores, especialmente los de la mediana y pequeña empresa, es la poca oferta en materia de financiamiento. Llevado el problema al terreno ambiental, es cierto que la oferta puede ser escasa; pero existe.

Y quien toma la decisión de reconvertirse para producir de una manera más limpia, y con ello ajustarse a los tiempos que corren, tiene dónde encontrar créditos. Es sabido que los bancos están justamente para prestar dinero, por lo que aunque a veces no los manejen como productos financieros estandarizados, si hay una empresa interesada, los préstamos ambientales aparecen. Por eso ecología&negocios decidió hacer un relevamiento entre las entidades financieras nacionales e internacionales, y conocer quiénes le dan crédito al medio ambiente.

Alguna vez tendrá que llegar la hora de interrumpir el circulo vicioso: muchas empresas alegan que no pueden producir de forma más limpia porque no hay créditos para transformarse, pero al mismo tiempo, muchos bancos aseguran queno tienen líneas específicas con objetivos ambientales porque las empresas no las demandan.

La reconversión de la producción hacia métodos más amigables con el ambiente requiere, como cualquier emprendimiento, de apoyo financiero. Y está claro que la necesidad de créditos ambientales existe, a veces en forma latente y otras de manera más explícita. Un relevamiento entre las entidades financieras nacionales e internacionales realizado por ecología&negocios demuestra que si bien estos préstamos no abundan bajo el formato de productos bancarios estandarizados, los bancos tienen con qué responder cuando las compañías buscan mejorar su performance ambiental. Es sabido que donde alguien demanda, aparece la oferta.

Y si se habla de créditos, se habla de riesgos. Allí aparece un elemento que tal vez logre terminar con el círculo vicioso: la falta de cumplimiento con las normas ambientales por parte de las empresas incrementa su nivel de riesgo como tomadores de préstamos.

Los bancos ya no quieren financiar proyectos de ninguna clase que no contemplen el aspecto ambiental. Si bien estas entidades hacen hincapié en que su misión principal es hacer negocios y para esto es requisito fundamental, entre otras variables, ponderar la capacidad de repago del prestatario, también afirman que un proyecto industrial que implique un daño al ambiente, a la larga, no es rentable. Los responsables de estos organismos tienen claro que cualquier proceso industrial contaminantes ocava la rentabilidad de la empresa y, por lo tanto, su capacidad de repago. En suma: quien contamina tiene más posibilidades de volverse insolvente que quien no lo hace.

EL FINANCIAMIENTO EXTERNO

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una de las entidades crediticias más importantes del mundo, integrada por 46 países, presta dinero a los gobiernos de los países miembros para financiar su desarrollo. Si bien las operaciones del banco abarcan un gran espectro del crecimiento económico y del desarrollo económico y social, también desde su creación concentró su esfuerzo en los sectores de la producción y de la industria, así como en los de la energía y el transporte, todos ellos de gran relevancia desde el punto de vista ambiental.
Según Fernando Bretas, especialista sectorial en Medio Ambiente del BID, los diversos créditos que otorga esa entidad crediticia están destinados a proyectos de desarrollo presentado por los gobiernos miembros de la misma. Si bien los proyectos son elaborados con la participación de técnicos del BID, una vez que éstos son elevados a las autoridades del banco, éste los analiza para decidir o no el otorgamiento del crédito.
En ese sentido, y dada la creciente importancia de las pequeñas y medianas empresas (PyMES), el BID implementó en 1997, a través del programa de Reestructuración Empresarial para capacitación y asistencia técnica a empresas, un plan de sumas no reembolsables paralelas, que benefició a unas 2500 empresas, para desarrollar proyectos que crearon alianzas competitivas mediante la venta conjunta de productos o servicios.
Bretas explicó además que, a través del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), el banco ha otorgado donaciones tanto para el fortalecimiento de las Sociedades de Garantía Recíproca (ley 24.467, creada para impulsar el desarrollo de las PyMES), como para la constitución de una Red de Centros de Desarrollo Empresarial con sedes en Rafaela (SantaFe), Mar del Plata (Buenos Aires) y San Rafael (Mendoza), coordinadas por la Unión Industrial Argentina (UIA).
También la microempresa, explicó Bretas, es beneficiaria del apoyo del BID, mediante el financiamiento de proyectos que por lo general no superan los 500.000 dólares. Esta línea se originó en 1978 y dado su buen resultado, en 1990 el BID estableció los programas globales de crédito para la microempresa.

En la actualidad, el banco dispone de una línea de crédito para la microempresa nacional de unos 100 millones de dólares. El mecanismo de acceso a estos créditos funciona a través de los respectivos gobiernos, ante quienes los microempresarios deben presentar sus proyectos de desarrollo para que a su vez estos los eleven a las autoridades del BID.
En la actualidad, la mayoría de las microempresas involucradas en proyectos de desarrollo y mejoramiento del medio ambiente pertenecen a la cuenca Matanza-Riachuelo. “Hoy se está trabajando con 65 de estas empresas en proyectos para mejoras ambientales”, precisó Bretas.

Por el lado de la banca oficial, el Banco de la Provincia de BuenosAires tiene líneas específicas con objetivos ambientales (ver recuadro) y ha incursionado en la relación banca-ambiente,al editar publicaciones relativas a la legislación ambientalbonaerense y al diagnóstico ambiental de ciertas zonas de la provincia, tarea que tiene previsto seguir realizando.

Manuel Vega, asesor del Directorio del Provincia en la materia, afirma: “Algunos todavía preguntan qué tiene que ver el medio ambiente con un banco. Tiene mucho que ver, porque involucra un riesgo más dentro de todos los que tiene elcliente. Además de analizar si el cliente que pide el préstamo tiene garantías y si su proyecto de inversión esviable, deben contemplarse si existen consecuencias ambientales negativas, porque hay leyes que deben ser cumplidas.”

Para Vega, la clave reside en el control estatal: “Si no hay presión legal, no hay créditos. El empresario no va a agregar a sus costos de producción el gasto de un crédito, que no tiene que ver directamente con su negocio, a menos que la multa que tenga que pagar sea más alta que ese gasto. Ese es el nudo de la cuestión. Mientras la autoridad de aplicación no haga cumplir las normas a rajatablas, este negocio no va a moverse. Y cuando digo negocio, me refierono sólo al beneficio para la banca, sino también para la sociedad y para la economía en general, ya queun buen desempeño ambiental beneficia las exportaciones. Por ejemplo, una empresa alimenticia que exporta a la Unión Europea debe controlar su gestión ambiental, más allá de que la controlen o no.”
“Las perspectivas igualmente son excelentes. La economía no puede dejar de considerar los aspectos ambientales, y este es un criterio que se está imponiendo en todo el mundo,” agregó el funcionario del Provincia, banco que destina un 70% de sus préstamos a las PyMEs.

QUE DICEN LOS PRIVADOS

En la normativa del Banco Central relativa al riesgo crediticio, se omite por completo el aspecto ambiental. No obstante, entidades privadas como el BBV Francés, BankBoston, Galicia, HSBC (ex banco Roberts) y organizaciones como la Corporación Financiera Internacional (CFI) y el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) tienen como política no involucrarse en proyectos contrarios a la preservación; los dos últimos disponen de líneas de apoyo financiero para proyectos ambientales.
El Bank Boston, para el que la ecología es una variable”muy importante”, no dispone de una línea decrédito específica para mejoras ambientales, aunque ésta fue analizada y desechada, debido a que en el país “no se reúne la masa crítica de empresas ni el marco regulatorio para su apertura”, según explicó el gerente de la Banca Corporativa de esa entidad, Damian Donnelly.
El ejecutivo explicó que, a diferencia de los Estados Unidos, donde el banco opera con éxito con líneas de créditos ambientales, en la Argentina aún no están dadaslas condiciones regulatorias y de exigencia, ni existe una masa de empresas dedicadas al cuidado del ambiente que justifique la creación de ese tipo de créditos.
“En los Estados Unidos, -aseguró Donnelly- son muchas las empresas dedicadas a temas ambientales, tales como el procesamiento del agua y tratamiento de residuos, sean provenientes de la industria o no. Entre 1983 y 1995, la casa matriz de Bank Boston en los Estados Unidos invirtió unos 5.000 millones de dólares en préstamos para compañías de ese sector”.
La situación planteada por Donnelly en cuanto a la inexistencia de una “masa crítica” que justifique líneas específicas se ve reflejada en la situación de una línea de financiamiento ambiental abierta por el Banco de Galicia en 1994, pero que tuvo que desactivarse en 1997 porque no había quien gestionase ese tipo de créditos. El gerente de Relaciones Institucionales del Galicia, Roberto Gandini, precisó que esa línea tuvo como fin específico el financiamiento de planta potabilizadoras, así como el desarrollo productivo limpio de las principales industrias contaminantes enclavadas a la cuenca del Riachuelo. Tenía un techo de100.000 dólares, pero después surgió “la crisis del tequila, y no hubo demanda”.
Si bien esta circunstancia obligó al banco a desactivar esa línea crediticia, Gandini adelantó que próximamente abrirá una nueva línea de esas características, destinada a proyectos de impacto ambiental alto, medio y bajo. Las empresas que quieran beneficiarse con ese financiamiento deberán cumplir con “una serie de ítems” que dará a conocer el banco, de acuerdo con las características de cada proyecto empresario. Los plazos, las tasas y las garantías de las operaciones, como en el caso de cada una de los organismos crediticios consultados, no son genéricos, sino que son analizados en cada caso en particular.
Al igual que el Bank Boston, el BBV Francés tampoco dispone de líneas específicas para proyectos que hagan a la conservación ambiental. No obstante, “tiene encuenta al evaluar cualquier proyecto el impacto que éste pueda tener sobre el ambiente,” afirmó Osvaldo Peñaloza, de la Banca de Empresas y Desarrollo Comercial del BBV Francés. “Como para cualquier análisis crediticio -agregó- se considera la viabilidad económica, financiera y comercial. Si se tratara, por ejemplo, de la instalación de plantas de tratamiento de efluentes industriales, la instalación de fuentes de energía alternativa, el manejo de suelos, el tratamiento o el reciclado de residuos contaminantes, el análisis no escapa a las consideraciones referidas, aunque se lo realizada de una perspectiva más amplia.”
El BBV Francés ve de buen grado a las empresas que pretenden dar valor agregado a sus procesos o productos mediante la certificación bajo normas ISO 9000 ó 14000. La entidad certificó procesos propios a través de la ISO 9000 como parte de un plan global de calidad.
“La manera de plantear los distintos requerimientos del préstamo, es a través de nuestra red de sucursales en todo el país, y complementar una carpeta de crédito que será evaluada de acuerdo a las normas comerciales y de riesgo fijadas por el banco,” explica Peñaloza.
Otros bancos, como el HSBC, tiene “severas” restricciones al efectuar operaciones que no tomen en consideración el cuidado ambiental y, aunque no otorga créditos ambientales, su objetivo es “no incentivar” actividades que resulten nocivas para el medio ambiente. Marcos Brujis, director ejecutivo de la Banca Corporativa e Institucional de esa entidad, aseguró que el HSBC “es consciente de la importancia de la ecología, por lo que apoya proyectos ambientales en todo el mundo”.

LAS EXIGENCIAS DEL BANCO MUNDIAL

La Confederación Financiera Internacional (CFI), integrante del Grupo Banco Mundial, ofrece también servicios financieros a las empresas y en los últimos años otorgó financiamiento a proyectos con miras a mejoras de la producción y de la protección del ambiente.
Según la representante de ese organismo internacional en la Argentina, Iliana Boza, la cementera cordobesa Juan Minetti (ver recuadro) es un buen ejemplo de la operativa de la CFI. “El financiamiento a Juan Minetti tiene un componente de mejoras ambientales, y casi el 30% de la financiación de la CFI para el proyecto de desarrollo de Juan Minetti es específicamente para mejoras ambientales”, explicó.
El CFI trabaja actualmente con la empresa Pérez Companc en un proyecto de inyección de dióxido de carbono, con el fin de mejorar la recuperación de pozos de petróleo y reducir la contaminación de los gases que llegan a la atmósfera.
La Corporación exige a las empresas el cumplimiento de las normas ambientales propias y del Grupo Banco Mundial y, al mismo tiempo, entrena a los bancos locales que financian en la evaluación de los subproyectos en lo referido a dichas normas. Las condiciones de financiamiento son, por lo general, de plazos largos, de siete a doce años (incluido dos o tres años de gracia sobre el principal) y las tasas son las del mercado de la CFI para la Argentina. También requiere, como garantías las activas del proyecto, como lo hace para cualquier financiamiento y, en el caso de las PyMES, trabaja através del otorgamiento de líneas de créditoa bancos (Galicia, HSBC, del Suquía y General de Negocios, entre otros).
Si bien la CFI financia proyectos de inversión, “no financia estudios per se”, y, por lo tanto, no otorga créditos para la certificación de las normas ISO 14.000.
También el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) tiene en vigencia una línea de crédito para financiar el costo de los servicios profesionales que demande el “estudio de impacto ambiental” cuya realización sea encomendada por personas físicas o jurídicas del sector privado que desarrollen actividades comprendidas en los distintos sectores económicos, ya sean productores de bienes o de servicios, para determinar si las tareas que ejecutan o las que ejecutarán “implican un riesgo potencial para el medio ambiente”.
José María Candioti, presidente del BICE, explicó que el banco opera a través de un grupo de 50 bancos minoristas y que los préstamos pueden estar dirigidos a cubrir diferentes necesidades: “El financiamiento abarca los servicios de consultoría y de asesoramiento técnico que requiera el sector privado para las actividades productivas que se desarrollen en el paísy para la obtención de la certificaciones conforme a las normas ISO u otras equivalentes. Alcanza al 90% del monto presupuestado, con un plazo máximo de tres años contados a partir de la fecha de desembolso del banco y por un monto máximo de 200.000 dólares, si bien las condiciones podránser reconsideradas por el BICE en función de la operación planteada”.
Asimismo, Candioti explicó que los recursos del BICE están disponibles tanto para grandes empresas como para PyMES en iguales términos y condiciones, con una tasa de interés al usuario final del crédito que puede estimarse en alrededor del 13%, dependiendo del plazo y las garantías.

PRODUCIR Y AHORRAR

Iliana Boza

Más allá de satisfacer necesidades empresariales, la reconversión hacia métodos de producción “limpios” puede generar ahorros para las empresas. La representante de la Corporación Financiera Internacional (CFI) en la Argentina, Iliana Boza, no tiene dudas al respecto: “En muchos casos el empresario se da cuenta que al modificar su producción para producir protegiendo el medio ambiete tendrá menores pérdidas en la materia prima, mayores recuperaciones o concentraciones más altas en su producto que le rendirán mayores utilidades. Por ejemplo, cuando una empresa cementera evita arrojar mucho polvo al ambiente, está dejando de perder producto que se va en contaminar el aire, y eso le permite producir un poquito más. Hay muchos casos de este tipo.”

Por otra parte, la CFI, como administradora del Global Environment Facility (GEF), maneja programas de uso de energía de iluminación eficiente, aplicables a la iluminación pública. Estos programas promueven estudios para que los municipios reduzcan su consumo de energía eléctrica y propician el uso sistemas o lámparas que permiten ahorrar energía. La actividad está enmarcada dentro de un plan global para la reducción de la emisión de gases que dañan la capa de ozono.

50 MILLONES EN TECNOLOGIA LIMPIA

 En enero de este año se concretó la fusión entre Minetti y Corcemar, dos empresas tradicionalmente competidoras en el mercado cementero argentino, que decidieron unirse con el respaldo de Holderbank, líder mundial en la actividad. Como resultado inmediato de esa fusión, la Corporación Financiera Internacional (CFI) aprobó en marzo un crédito solicitado por la nueva compañía con un monto cercano a los 144 millones de dólares, destinados principalmente a la construcción de un planta de molienda en la zona de Campana-Zárate y al mejoramiento ambiental de sus plantas en Córdoba, Mendoza y Jujuy.

Aproximadamente 50 millones de dólares de ese monto tendrán como objetivo específico mejorar la performance ambiental, con incorporación de tecnología ambientalmente eficiente.

El acceso a este crédito internacional, implicó la realización de numerosas auditorías ambientales por parte del Banco Mundial, así como la publicación oficial del proyecto a través de diferentes medios de comunicación en Argentina; también requirió el compromiso de Juan Minetti de rehabilitar todas sus canteras cumpliendo con las pautas del organismo internacional.

Por otra parte, el emprendimiento también implicó la implementación de programas de capacitación en salud, seguridad y medio ambiente para el personal. A la finalización del proyecto, prevista para la primera década del 2000, la compañía se comprometió a seguir parámetros en relación a los estándares vigentes en las siguientes categorías:

· concentraciones máximas permitidas en la alimentación del horno con combustibles alternativos;

· emisiones máximas de aire del horno a la atmósofera;

· concentraciones máximas en la lixiviación de clinker;

· eficiencia en la remoción y eliminación de materia orgánica.

En relación a este tema, fuentes de la empresa señalaron: “La decisión de realizar una inversión tan importante en tecnología eficiente para el medio ambiente, responde principalmente a nuestra visión empresarial, alineada con la filosofía de Holderbank. La CFI concluyó que el proyecto de inversión propuesto por nuestra compañía ha sido diseñado para cumplir con los requerimientos de las legislaciones local, provincial y nacional y las políticas y pautas sobre medio ambiente, salud y seguridad del Banco Mundial.”

Un Prestamo Especifico

 El Banco de la Provincia de Buenos Aires tiene líneas de crédito vinculadas con la problemática del medio ambiente:

· La más específica es la denominada “Línea de crédito destinada a la protección del medio ambiente”, para pequeñas y medianas industrias de la Capital Federal o la provincia de Buenos Aires. Los destinos posibles para los préstamos son:
- auditoría ambiental o estudio de impacto ambiental.
- adquisición de instrumental de medicion y control del medio líquido 
y/o gaseoso;
- incorporación de equipamiento y/o tecnología dentro y fuera de 
procesos productivos;
- plantas de tratamiento de efluentes llave en mano;
- financiamiento del stock de insumos necesarios para el funcionamiento
de plantas de tratamiento;
- financiamiento de nuevos insumos reciclables;
- financiamiento de la adecuación de la actual producción a normas 
según etiqueta verde;
- adquisición de know how;
- certificación de normas ISO 14000.
Se financia hasta el 80% de la inversión neto de IVA, con garantías prendarias o hipotecarias, y es requisito indispensable contar con una auditoría ambiental del proyecto, forme parte o no del financiamiento requerido. El préstamo se realiza en dólares, con plazos de 3 a 7 años -con 2 de gracia- y tasas que van del 10,7% al 11,6%. El BICE participa en un 87,5% en el fondeo de esta línea.

· Dentro de su sistema de adjudicación anticipada para la compra de maquinaria agrícola, el BAPRO dispuso una tasa especial del 7,85% cuando dicha máquina esté destinada a mecanismos de siembra directa o de labranza mínima, a diferencia de los créditos para la labranza tradicional que tienen una tasa superior. Estos préstamos funcionan con garantía prendaria, en dólares y con un plazo de 5 años, que se extiende a 7 si el valor unitario de la máquina supera los 50.000 dólares.

· También pueden mencionarse los planes para productores con explotaciones afectadas por fenómenos meteorológicos, cuya tasa es bonificada entre un 10 y un 20%.

 

Fuente:
© ecología&negocios
Investigación: Lucio A. Mansilla