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Nuevas Perspectivas

Coaching y Motivación

7 lecciones de liderazgo del Papa Francisco

Fecha: Lunes 00 de Noviembre de 0000

En sus primeros años de papado, el jesuita ha destacado por su humildad, apertura y capacidad para dirigir cambios en una organización milenaria.
Por Ray Hennesey

Jorge Mario Bergoglio, un jesuita argentino, obtuvo el empleo de su vida cuando fue elegido Papa. Tomando el nombre de Francisco, su periodo ha sido marcado por la humildad, la toma de riesgos y por un profundo cuestionamiento del papel de la Iglesia Católica en el mundo. Ha sido popular entre los católicos, así como con miembros de otras iglesias.
 
 
Con un enfoque en la pobreza, ha convertido al bienestar y a las prácticas capitalistas en foco constante de sus discursos. Francisco se ha proclamado en contra del “Dios llamado dinero” y ha cuestionado los salarios y bonos del mundo corporativo. 
 
Además de todas estas características, el Papa ha dado grandes ejemplares de liderazgo y management para empresarios. En un año de su papado, ha mostrado lo que muchos podrían considerar como buenas prácticas. A continuación compartimos siete de ellas: 
 
1. Vive con el ejemplo. El Papa Francisco, probablemente por sus antecedentes como jesuita, quiere una iglesia austera y enfocada en la sencillez. La pobreza es un tema constante en él. Aunque ha pasado su vida bajo el voto de pobreza, no todo eclesiástico vive con ese ejemplo. 
 
La pobreza y trabajar a favor de los pobres es tan importante para Francisco y para la Iglesia que vive con ese mismo ejemplo. Rechazó mudarse a los apartamentos papales, eligiendo vivir en la comunidad del Vaticano. Maneja su propio auto, un Renault 4 de 1984. La mañana anterior a ser elegido Papa, dejó el hotel en el que se hospedaba y pagó su propia cuenta. Ningún cura u obispo (o vendedor o empleado) puede confundir su mandato porque ven al ‘jefe’ vivir con el ejemplo. 
 
2. Conoce el valor de la reforma. El Vaticano ha tenido una historia terrible con la corrupción. En el pasado, miembros de la Curia Romana han ejercido más poder que el mismo Papa. Algunos dicen que el Cardenal Angelo Sodano, quien pasó 16 años como Cardenal Secretario  de Estado con el Papa Juan Pablo II y Benedicto XVI, era el prelado más poderoso de la Iglesia. 
 
Como resultado de la burocracia, la Iglesia había perdido su rigor como organización. Por lo tanto, reformar la organización ha sido una prioridad. Francisco reunió a un grupo de consejeros de alrededor del mundo para reformar la Curia. Le quitó al Secretario de Estado algunos poderes, dividiendo sus responsabilidades entre cardenales. Ha seleccionado a muchos managers sin relación con Roma. 
 
Los líderes de negocios nuevos en una organización saben lo difícil que eso es. Las instituciones son difíciles de reformar. Pero no es imposible. Y si se puede lograr en una organización de más de 2,000 años, es posible en cualquier otra. 
 
3. Se comunica con claridad. No existe el lenguaje corporativo (o de Vaticano) con Francisco. Si dirigiera la Reserva Federal, cada vez que abriera la boca causaría un aumento de 500 puntos en el Dow. Dice lo que tiene en mente. La ortodoxia es importante para las iglesias y para los negocios. Pero constantemente habla sobre retar la ortodoxia; ya sea la homosexualidad, las mujeres, el papel de la Iglesia en el mundo, dice lo que piensa. 
 
4. Toma decisiones difíciles con rapidez. El Banco del Vaticano ha sido famosamente corrupto. El verano pasado, el Monseñor Nunzio Scarano fue arrestado por tratar de ayudar a unos amigos a lavar dinero a través del banco. Francisco actuó con decisión, cambiando el management del banco, despidiendo a algunos de los empleados clave y estableciendo una comisión para estudiar su estructura. 
 
Como parte de la reforma de la Curia, creó un nuevo departamento llamado Secretariat para la Economía, específicamente para traer transparencia a las finanzas de la Iglesia. ¿Qué tan fácil hubiera sido esconder las finanzas bajo la alfombra? ¿Qué tentador es para los managers esconder sus verdaderos problemas, en lugar de enfrentarlos?
 
5. Colabora y acepta diversos puntos de vista. Francisco quiere escucharte. Le gusta la gente. Y le gusta la gente diferente. Besa a todo bebé que le ponen enfrente en la Plaza de San Pedro. Cuando llegó el momento del lavatorio de pies del año pasado, asistió a una prisión juvenil en lugar de la iglesia mayor, y lavó los pies no sólo de los hombres (una tradición entre los Papas), sino también de mujeres y musulmanes. Responde personalmente a las cartas que le escriben de todo el mundo. Incluso a los ateos. 
 
Él sabe (al igual que los grandes líderes) que la diversidad es buena. La diversidad de opiniones, antecedentes, experiencia e ideales. Tradicionalmente, un Papa podía hablar sin que nadie cuestionara lo que decía. En contraste, Francisco respeta la opinión de los demás. 
 
6. Reconoce sus debilidades. No hay una mejor cita de Francisco que la que pronunció para la revista jesuita America en septiembre. Cuando se le preguntó quién era, respondió: “Soy un pecador. Ésta es la mejor definición. No es un discurso figurativo, o un género literario. Soy un pecador”. 
 
En la fe católica, todos son pecadores, y el Papa no es una excepción. Pero ese tipo de humildad es singular de alguien de ese cargo. Él está consciente de su humanidad, en un trabajo donde anteriormente se consideraba divino. 
 
Los líderes de negocios conocen la trampa en la que pueden caer. Generalmente ignoramos nuestras debilidades porque creemos la forma en que lo hacemos es como debe hacerse. Conocer nuestras fallas y debilidades, aceptar responsabilidad de nuestros errores, confesarlos y aprender de ellos son claves para el liderazgo. 
 
7. Sabe que no puede hacerlo solo. Cuando Francisco tenía sólo 36 años, fue puesto a cargo de su comunidad jesuita en Argentina. Afirma que era autoritario, no buscaba consejos y creaba problemas. Como resultado, aprendió que necesitaba gente alrededor de él en la que confiar. “Cuando confío algo a alguien, confío completamente en esa persona”, dijo en la entrevista a America. “Él o ella debe cometer un grave error antes de que pierda la confianza que le deposité”. 
 
La confianza es clave para un buen liderazgo y management. Francisco parece confiar en aquellos debajo de él, pero también en sus clientes, las personas que forman parte de la iglesia.